Paulid-26: A propósito de un caso.

Varón de 29 años, sin antecedentes personales relevantes, acude a consulta refiriendo un cuadro sistémico con afectación respiratoria y cardiovascular, de comienzo agudo y evolución lenta desde hace aproximadamente un año. Acude acompañado de sus familiares, quienes nos refieren notables cambios en su comportamiento coincidentes con el comienzo de los demás síntomas. No existieron trastornos gastrointestinales ni fiebre ni otra clínica sugestiva de infección vírica común. En la exploración la auscultación pulmonar y cardíaca fueron normales. El abdomen blando, depresible, sin masas ni visceromegalias palpables. En cuanto a la exploración psiquiátrica, impresiona de ánimo eufórico. Se le practicó una radiografía de tórax en la cual destaca una silueta cardíaca de un tamaño considerablemente aumentado respecto a la media. En la analítica de sangre se aprecia: bilirrubina total considerablemente aumentada. Debido a la disparidad de los síntomas, se le practicó un estudio de anticuerpos de Covid-19, que fue negativo, si bien fue positivo para anticuerpos anti-Paulid26. Discusión El virus Paulid-29 es un organismo perteneciente la familia de los bravovirus. Tras la búsqueda de evidencia científica en las principales bases de datos, no se ha encontrado ningún estudio de casos hasta la fecha. Analizando los signos y síntomas del paciente a estudio, los síntomas principales serían: aumento del corazón, taquicardias habituales, dulcificación del carácter, aumento de la paciencia, sensación constante de euforia y cambios en el comportamiento. En el estudio de laboratorio, exceptuando las fluctuaciones de los niveles de bilirrubina, no parecen apreciarse otras alteraciones. La particularidad del Paulid-26 radica en que el paciente no parece tener intención de desinfectarse, negándose a someterse a tratamiento alguno, preservando sin embargo conciencia de enfermedad (el paciente se enorgullece de estar infectado). Por otro lado, a la observación por microscopio óptico de las partículas del virus, llama la atención la fuerte unión existente entre Paulid-26 y la célula huésped, resistente a la separación en todas sus formas (covalente). Dado que el huésped, siendo éste el paciente a estudio, asegura obtener beneficios de la infección, podríamos estar ante el primer mutualismo conocido entre humano y virus: una relación simbiótica entre dos organismos en la que ambos se benefician y mejoran su aptitud biológica. Analizando historias clínicas de casos similares en la literatura científica, Paulid-26 no parece ser una enfermedad contagiosa ni potencialmente mortal, pues aunque exista sospecha de ciertos casos aislados de Paulid-26 en el pasado, éstos han tenido síntomas muy leves o bien fueron asintomáticos. Es posible que Paulid-26 tenga una afinidad especial por el paciente a estudio, pues su carga viral en éste es 10000 veces superior a la de otros casos. Los factores de riesgo de padecer Paulid-26 son: ser buena persona, atractivo, leal, inteligente, resolutivo, sociable, así como el bailar ritmos latinos (lo cual podría estar relacionado con el aumento de bilirrubina). La coincidencia en el paciente a estudio de todos los factores de riesgo podría ser la causa de una carga viral tan fuerte así como de la gravedad de los síntomas. No obstante, se necesitan más estudios que investiguen si existe algún tipo de predisposición genética a Paulid. En cualquier caso, todo indica que la infección por Paulid-26 con elevados niveles de carga viral tiene un carácter crónico y regenerativo.