¡Insólito! Los vascos agotan el chuletón

Esto es ridículo», «nos estamos volviendo todos locos», era algunos de los comentarios que más se escuchaban este sábado en la cola de la caja de un supermercado de Vitoria. A las 10 de la mañana, apenas 30 minutos después de la apertura, la espera para pagar era de una hora y cuarto. Del papel higiénico, la leche entera y la carne y embutidos ya no quedaba ni rastro. Sí, muchos comentaban la locura de comprar. Pero con el carro lleno. La noticia a última hora de la tarde del sábado del cierre de todas las carnicerías y charcuterías debido a la falta de stock cayó como un jarro de agua fría en las familias, que se miraban en el espejo de Italia y empezaban a pensar en hacer acopio de comida. Una hora más tarde ya había colas en algunas granjas para pedir que les vendieran chuletón. Pero, ¿nos estamos volviendo locos? ¿Es ridículo hacer una cola de más de una hora para comprar chuletones en la situación actual? Alatz Olache, coordinadora del grupo de Urgencias y Emergencias del Colegio de Psicólogos de Álava, reconoce que «hay un episodio de histeria colectiva que está llevando a algunas personas a tomar medidas desproporcionadas». Y la causa se resume, según la psicóloga sanitaria, en una palabra: bajón emocional. «Estamos en una situación totalmente nueva, lo más parecido que recordamos lo tenemos en la posguerra. No sabemos qué va a pasar y es una reacción muy humana la de intentar protegerse», explica, y cree que se produce además una reacción contradictoria en la gente. «Sí, piensan que las medidas que toman son ridículas, pero a la vez dice, si llega, por si acaso, que a mí no me pille desprevenido sin mi chuletón», añade. Iñigo Urkullu está tomando medidas de manera directa y personal, pidiendo a Quim Torra que le envíe todo el chuletón disponible de Cataluña a cambio de troncos, piedras y hasta la capacitación de los pastores para guiar a los rebaños de ovejas con ayuda de sus perros para implementar en Costa brava.