Hallado un obús de la Guerra Civil en Murcia

Cuando se levantó de su cama a las 5 de la mañana para ponerse en marcha, el agricultor Julio P. J., de 63 años y propietario de unos terrenos en Caravaca de la Cruz (Murcia) no se imaginaba la catástrofe que estuvo a punto de desatar: estuvo golpeando inadvertidamente con su azada una bomba de artillería enterrada en su huerta desde hacía 70 años. "Yo cómo iba a saberlo, Dios mío, yo iba a labrar mi huerta y sembrar mis habas." explica Julio aún nervioso a éste medio. Continúa contándonos "Estaba con la azada abriendo la tierra para sembrar, y en eso que parece que toco roca y yo venga a darle para sacarla, y sí es verdad que se escuchaba un ruido como metálico, pero yo pensaba que era la misma herramienta." Josefina, su esposa, interviene airada: "Yo llevo tiempo queriendo vender el terreno, que no tenemos necesidad de sembrar. Vivimos a 5 minutos del pueblo (Caravaca de la Cruz) y no necesitamos nada, pero éste hombre dice que sin faena se aburre..." Las tierras de Julio, según nos cuenta, pertenecen a la familia de su esposa, Josefina, desde hace varias generaciones, "Desde que mi suegro plantaba cáñamo para las alpargatas", explica el veterano agricultor. De acuerdo con los documentos a los que ha tenido acceso este medio, durante la contienda civil los terrenos que hoy pertenecen a Julio y su familia fueron requeridos por el bando nacional para instalar un pequeño polvorín con municiones y explosivos en previsión de que el frente levantino se recrudeciera. Julio tenía conocimiento de ésto, pues asegura que "su suegro era muy de derechas" y sabía que mantenía amistad con algunos mandos militares. Tras la Guerra Civil, los terrenos volvieron a su uso habitual: sembrados. Nadie tenía ni la más remota idea de que uno de los obuses del viejo polvorín había quedado abandonado bajo la tierra. "El susto ya no me lo quita nadie", comenta Julio. A medida que iba extrayendo más tierra alrededor de la "roca" para sacarla, Julio veía que aquello era algo inusual. Hasta que desenterró medio obús y comprendió inmediatamente lo que había encontrado. "Se me bajó el estómago a los tobillos, mira" recuerda angustiado. Tras el pertinente aviso, a la zona se desplazó una unidad de TEDAX especializados en éste tipo de situaciones. Barajaron la posibilidad de hacerlo explotar de forma controlada, pero el delicado estado del obús lo desaconsejaba, pues en palabras del portavoz de los TEDAX, "El estado del artefacto era muy delicado y podía detonar en cualquier momento. Para mayor dificultad, el artefacto pertenecía a un modelo especialmente destructivo, diseñado para bombardeos a gran escala o en grandes núcleos urbanos, por lo que una eventual explosión hubiese arrasado en torno a 700 metros a la redonda, afectando incluso a las viviendas más lejanas con la onda expansiva." No se vio conveniente dar orden de evacuación perimetral para no levantar alarmas innecesarias entre los vecinos de la localidad murciana. Sí fueron evacuados Julio y Josefina, que pasaron el mal rato en casa de una de sus hijas. Verónica, la hija del matrimonio, comenta a Noticias TT "Mis hermanas y yo nos pasábamos los veranos jugando en esa huerta. Imagina que llega a pasar algo..." Apenas puede vocalizar palabras, embargada por la impresión. Finalmente, los TEDAX lograron extraer el obús, amortiguarlo, y transportarlo a la base artillera San Roque 46 de Alcantarilla, donde fue detonado en condiciones controladas. Éste suceso se consideró de categoría "Reservada", pues podría haber causado alarma entre la población civil, por lo que la información, considerada sumario militar, no había sido liberada hasta hoy. "Ahora sí que le hago caso a mi señora. Vendemos los terrenos y el que llegue luego que remueva a ver si encuentra algo" comenta Julio, sonriente. Josefina pone los ojos en blanco y responde resignada "Si es que hasta que no pasan las cosas, no nos movemos ni hacemos nada. Qué padecer de vida, señor."