INMIGRACIÓN Y CONFLICTOS SOCIALES.
Ja ja ja, ¡fuiste engañado!
¡ERA UNA BROMA!
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La inmigración europea se incrementó luego de aprobada la ley de inmigración y colonización promovida por Nicolás Avellaneda, bajo la promesa de acceso a tierras para tareas agrícolas. En 1914 la mitad de la población de la ciudad de Buenos Aires era extranjera. Los inmigrantes arribaron motivados por una promesa de ascenso social, que comenzaba por acceder a una vivienda propia y quizá un pequeño negocio o taller también propio. Algunas instituciones y corrientes de pensamiento ideológicas buscaron influir sobre inmigrantes y su descendencia. El Censo Nacional de 1895 registró en Capital Federal que el 20% de los trabajadores industriales eran mujeres, esto resultaba atractivo para el comercio ya que se les pagaba menos que a los varones, y tenían contratos temporarios, según las fluctuaciones de la demanda. Inmigrantes y nativos integraron el conjunto de obreros y campesinos que trabajaban en las ciudades y en el campo. La inmigración fue predominantemente masculina, por lo que el índice de masculinidad de la población activa se incrementó. En Buenos Aires, hacia el 1900, se había triplicado la cantidad de establecimientos manufactureros. Cabe recordar que en 1901 se crea la Federación de Obreros Argentina (FOA) integrada por anarquistas y socialistas, quienes después de 2 años se separan. De aquí surge la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) liderada por los anarquistas. Las condiciones de vida y de trabajo provocaron la llamada ?huelga de inquilinos? en 1907, como consecuencia del elevado precio de los alquileres. En defensa de los ingresos del hogar, las mujeres participaron en las calles, en la organización, en las resistencias a los desalojos. La agitación social y las huelgas tuvieron escenarios diversos.