Divorciada despechada sufre lobotomía autoinducida tras nueve meses de meter mierda sobre un compañero de oficina interino que la rechazó

La mujer divorciada quiso sentirse deseada de nuevo, intentándolo con un compañero de trabajo soltero y solitario, al que por tanto creyó presa fácil. Ante la negativa del infeliz, que era solitario pero no gilipollas, la mujer poseída por el orgullo y proyectando la rabia del anterior rechazo por su ex marido, estuvo nueve meses cizañeando sobre su víctima. El interino aconsejado por amigos policías de su tierra natal, mantuvo la disciplina inquebrantable de no dirigirle una sola palabra durante todos esos meses y además esquivarla lo máximo hasta el punto de dar rodeos para ir al baño. Disciplina que resultó inútil, ya que la mujer siempre estaba pendiente de sus conversaciones y sobre todo con quien las mantenía para luego dedicarse a tergiversar y sacar punta. Esa actitud acabó provocándole a la mujer una lobotomía por inducción propia. La sicologa familiar de la mujer lamenta que su paciente no invirtiera su tiempo y energías en buscar la felicidad, en lugar de buscar escusas para proyectar su rabia sobre quien nada tuvo que ver con ella, solamente por orgullo, ya que seguramente a ella poco o nada le importaba realmente su víctima.