Nueva forma de implantar nanochips de control mental
Ja ja ja, ¡fuiste engañado!
¡ERA UNA BROMA!
Hace 32 meses - Leído 145 veces
Al parecer, la actriz y cantante Patricia Navidad tenía razón. De acuerdo a una fuente anónima que trabajaba en Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma y a la que despidieron injustificadamente, afirma estar en posesión de un documento donde se detalla que plantaron nanochips de control mental en las todas las cervezas para que cuando se termine la ley seca, que comenzó en Nuevo León el sábado 30 de julio debido a la visita del presidente AMLO, la gente que las compre y se las tome puedan ser identificadas y poderles controlar de manera remota. Dado el costo-beneficio, es más barato plantar nanochips en productos chatarra de alto consumo en México que pagar por que lo haga una compañía farmacéutica, sobre todo viendo que son muy pocas las personas que se están vacunando contra el coronavirus SARS-CoV-2 gracias a los antivacunacionistas. Así mismo, y según ese documento, el sobrante de los nanochips serán colocados en envases de Coca-cola y Pepsi, en todas sus presentaciones. En caso de sobrar nanochips, los pondrán en golosinas y frituras. Sin embargo, esta fuente anónima detalla que sabe de la existencia de otro documento en el que se informa del éxito obtenido al plantar nanochips de primera generación en pastelitos y frituras (Sabritas, Barcel, Bimbo, Tía Rosa, así como también mezclados en azúcar refinada, harina y aceite). El único problema es que estos nanochips son activados con las frecuencias generadas por los televisores de Alta Definición y con los infrarrojos de los controles remotos. Si la persona se aleja de estos aparatos, los nanochips dejan de transmitir información al origen. La fuente anónima declaró que al final de ambos documentos se lee un apartado que termina diciendo: "¡Qué mejor forma de poner nanochips! ¡Mejor plantarlos en una cerveza, refrescos y comida chatarra, que en una vacuna! Son más las personas consumidoras de estos productos que quienes se vacunan." Nota: Esta información fue obtenida gracias a la ayuda de la reportera ganadora del prestigioso Premio Pulitzer y aspirante al premio Nobel de Periodismo Isela Crelló; y al reportero árabe Youf Ell Forit.