'¡O lo sacas os te reviento, momia!'

En otra lamentable noche de violencia en Balmaseda, la Ertzaintza tuvo que intervenir sobre las 2AM en el local nocturno 'El Provi' para evitar más heridos en un altercado cuyo origen fue la ausencia de la bebida alcohólica 'Licor 43' en sus existencias. La Ertzaintza recibió una llamada de auxilio alrededor de las 1:50h y sólo entre cinco agentes lograron reducir al presunto alborotador, de iniciales A.I., que sólo quería matar al empleado de la barra. En la imagen, el sospechoso está misma mañana. Los hechos comenzaron cuando A.I. entró al local, visiblemente embriagado, gritando '¡aquí uno de 43 y el resto lo que quiera!' antes de subirse a una mesa e intentar, sin éxito, imitar el famoso paso de baile 'Moonwalk' del cantante norteamericano Michael Jackson. Cuando el empleado le ayudó a levantarse del suelo y le indicó que ya no tenía Licor 43, A.I. sufrió un shock y lo agarró del pecho gritando 'tú a mi no me conoces, que soy el presidente de Orexinal'. Algunos parroquianos intentaron intervenir y al grito de 'sois todos amigos de Torrecilla', el sospechoso se arrancó los botones de la camisa gritando 'momias' y 'broza' a los presentes. Además zarandeó en repetidas ocasiones al camarero con la amenaza '¡O lo sacas o te reviento, momia!' Con la llegada de las fuerzas policiales, A.I. les recibió con frases inconexas como 'mirad qué cuádriceps' y 'esto es acero de barcos' apuntándose al pecho. Sólo entre cinco agentes y una bella mujer que atendía a las iniciales M.V. (que le entonaba la música de Gladiador para tranquilizarle) consiguieron que soltase al asustado empleado que sólo acertaba a gritar 'lo siento, lo siento mucho'. Finalmente no ingresó en prisión gracias a una llamada telefónica de su familia, influyente en altas esferas políticas vizcaínas, que prometió dejarlo bajo llave durante una semana. Muchos de los presentes aún hoy se preguntan qué significan algunas expresiones como 'el Cerro es mío, mecagondios' o 'lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad' que el sospechoso susurraba mientras volvía a su vivienda por la calle Correría.