La ciencia, la tecnología y la política

La ciencia y la política están históricamente ligadas. La primera depende de la segunda para el financiamiento de sus actividades (en estrecho contacto con la tecnología para el cumplimiento de sus objetivos), mientras que esta última utiliza el conocimiento producido y sus aplicaciones para ejercer el poder. La ley de Reforma del Estado sienta las bases para el proceso de privatizaciones, que incluía un importante conjunto de empresas públicas, telefonía, aviación comercial, ferrocarriles, siderurgia, rutas, puertos y petroquímicas. Las privatizaciones resultaron ser la razón por la cual se transforma el patrón productivo local y el conjunto de relaciones entre el Estado y la sociedad. Sin embargo, el gobierno de Menem en cuanto a la de la política exterior trajo como resultado que, a mediados de los noventa, la economía interna se debilitara. La importación de bienes de capital, niveles de inversión extranjera directa y estándares de productividad, rápidamente comenzó a revertirse, evidenciando que los términos planteados para la transformación económica, en la economía real, eran poco viables. Asimismo, este achicamiento de Estado conllevó a un atraso en el ámbito científico-tecnológico, no en términos de escasez de actividades de investigación, sino de incapacidad para incorporar dichas actividades al proceso de desarrollo económico de nuestro país: los investigadores se encontraban desalentados ya que ni siquiera la inversión necesaria para las investigaciones se hallaba disponible ni los sueldos aumentaban. Achicamiento del Estado, achicamiento de la ciencia, agrandamiento de los problemas sociales. En un primer momento, con la llegada del peronismo al gobierno hasta el golpe de Estado de 1955 como punto de inflexión definió e un cambio drástico no solo de rumbo sino también de replanteamiento de lugar que ocupaba la actividad científica, la importancia y rol dentro de la sociedad. Luego, durante segunda mitad de los años noventa se produce una profunda transformación de la estructura institucional en cuando a la ciencia y la tecnología en la Argentina capaz de renovar la discusión de ?ciencia para el pueblo? o ?tecnología para el desarrollo nacional?. A modo de cierre, Argentina es un país con profesionales dotados de capacidad y conocimiento para conducir al país hacia la innovación y al desarrollo. Por lo tanto, es clave la necesidad de construir una agenda de políticas que se adecue a las necesidades que impiden el desarrollo científico-técnico del presente.