Dos muertos y tres heridos en un ataque con arma blanca en el Hospital de la Arrixaca

Dos agentes del cuerpo de Policía Nacional y tres miembros del equipo sanitario han resultado fallecidos en un ataque con objetos punzantes y cortantes en el ala de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen de la Arrixaca, en la capital murciana. Los agentes se encontraban custodiando la habitación de uno de los supervivientes del tiroteo acaecido hace dos semanas en una popular zona de bares de Murcia. Sobre las 19:54 de la tarde, equipo médico del centro, así como pacientes y familiares, comenzaron a oir un gran estruendo en la habitación 523 del ala de ingresados graves. Los testigos describen "gritos, disparos, golpes" y similares. Un grupo de enfermeros acudió rápidamente tras avisar a las unidades de Seguridad del hospital, quienes al llegar hallaron una escena dantesca. "Nunca habíamos visto algo igual", declara J.L.P., jefe de Seguridad del centro médico. "Los agentes estaban tendidos sobre un enorme charco de su propia sangre, con heridas punzantes y cortantes por todo el cuerpo." Al parecer los agentes hicieron uso de sus armas reglamentarias, impactando algunos disparos en las paredes. En cuanto al equipo sanitario que acudió, "Estaban destrozados", afirma J.L.P. El cuerpo de los tres enfermeros presentan múltiples desgarros y lesiones punzantes, similares a las de los agentes de la Policía Nacional. "Como si alguien con una furia desmedida se hubiese ensañado con ellos con cuchillos de cocina", nos detalla el Jefe de Seguridad, afectado. En cuanto al paciente ingresado que custodiaban los agentes, no se le ha localizado. El hombre, de unos 38 años, estaba en coma a causa de las heridas de bala y traumatismos que recibió en la reyerta de la sala "Revolver", cuyos hechos refirió este diario en su día. Fernando Casas, director del equipo de Intensivos, relata a este diario que este paciente "Estaba extremadamente grave, apenas sujeto por un hilo de vida. Se encontraba en cuidados paliativos, aguardando su fallecimiento". En cuanto a la desaparición del mismo, nadie se explica lo sucedido. "Es imposible que se haya ido por su propio pie. Ni siquiera podía respirar sin máquina", nos cuentan los enfermetos del turno. La ventana de la habitación donde se encontraba tenía los cristales destrozados. Los investigadores barajan diversas hipótesis. El paciente desaparecido estaba custodiado por precaución, puesto que el tiroteo se atribuyó a un enfrentamiento de bandas y se temía que alguien pretendiese atentar contra la vida del superviviente. Según fuentes policiales, alguien debió acceder al hospital con intención de rematarle, o bien sacarle de allí. La revisión de las cámaras de seguridad no han arrojado ninguna presencia sospechosa accediendo al centro. Tampoco se explica la rotura de la ventana como un intento de fuga o extracción, por estar en un inaccesible quinto piso. Las pesquisas prosiguen en estricto secreto de sumario. Por su parte, la dirección del Hospital ha trasladado a todos los ingresados de esa planta a otras diferentes, y ha procedido a su clausura mientras el juez no levante la investigación y pueda procederse a reparar los daños y volver a ponerla en funcionamiento.