La Generalitat condena el pujolismo y rectifica: ya no habrá referéndum ni más propaganda secesionista.

La noticia a sorprendido a propios y extraños. La Generalitat ha reconocido que, desde el régimen pujolista hasta el día de hoy, la única finalidad del ejecutivo catalán ha sido el adoctrinamiento nacionalista, la erradicación del castellano y, en último término, la ruptura con España. Mas ha admitido ser hijo político de Jordi Pujol y Oriol Junqueras que prefiere un gobierno de derechas, que recorte en todo lo social, mientras diga repetidamente las palabras "independència", "procès", "consulta" y otras a las que nos tienen acostumbrados. La CuP admite que, ya que tienen las mismas premisas que la "rància dreta catalana", no pueden mantenerse como partido alternativo. Todo indica que, próximamente, se creará un partido único "en el que quepan todos y todas y que respete la pluralidad lingüística y cultural, admitiendo los nexos con el resto de españoles, ya que es más lo que nos une que lo que nos separa. Un dato importante es que ya no se prohibirá a los profesores hablar castellano entre ellos o a los alumnos y habrá libertad de elección de centro según el modelo lingüístico que los padres y madres prefieran. Algunos representantes han ido más allá y proponen que la "estelada" sea considerada símbolo de fractura social y desechada, por representar los peores años de la política catalana, la utilización de fondos públicos para fines partidistas y la discriminación de cualquiera que no comulgara con las premisas sediciosas. Habrá consultas, pero sobre cuestiones que atañen a la calidad de vida de la sociedad catalana: sanidad, educación, modelo lingüístico, etc. Muchas personas han salido a la calle para expresar su alivio después de décadas de sumisión al nacionalismo. Lástima que es 28 de diciembre y todo esto sea una broma.