Pruebas
Ja ja ja, ¡fuiste engañado!
¡ERA UNA BROMA!
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pijama tan descolocado como su cara, le resultaba un esfuerzo abrir los ojos y lo intentaba, casi no podía activar lenguaje alguno pero lo intentó, mientras intentaba recuperarse el joven que había estado aporreando la puerta pudo ver en el suelo ropa interior femenina, una botella de vino, y la estela de una mujer que envuelta entre sábanas corría hacia el baño. (Eusebio Z, voz dormida)-¿Qué rayos quiere?, ¿Quién es?. (Estudiante)-Soy el estudiante Maxor, me envía el doctor Truly a llamarlo urgentemente ha ocurrido algo en la excavación. (Eusebio Z)-¿Estudiante? mío? Que sepa que ya no aprueba ni en este año ni en este siglo. (Estudiante) Por favor! Venga a toda prisa. Doctor, venga! Lo están esperando. (Eusebio Z) ¿Doctor o licenciado? Usted me baja y sube de grupo académico en cada palabra. Eusebio Zande trabajaba para el departamento de arqueología de la república de México, estaba especializado en culturas Olmecas, quizás la parte más extraña y desconocida en la historia de México, muy anteriores a la llegada de los españoles su desarrollo y cultura no guardaba un denominador común con el resto de pueblos precolombinos. El joven estudiante llevó a Eusebio hasta las afueras de la ciudad con las prisas que pudiera llevar un taxi pirata, tomó una carretera secundaria llena de baches y en menos de una hora estaban frente al vallado de las excavaciones. (Eusebio Z) Yo debo de estar muy mal de la cabeza, esto podría haber sido un secuestro, si estudias igual que conduces vete despidiendo de la carrera. (Estudiante) Por favor, licenciado, no hay tiempo que perder,