Cadetes a MP inconformes

Los aspirantes a ministerios públicos tienen que pasar por una formación que poco tiene que ver con las funciones que desempeñarán en su trabajo, pues son sometidos al mismo sistema de academia que los cadetes de la policía estatal y ministerial, sumando esto se encuentran molestos ya que la fiscalía del estado les quedó mal con su pago ya que el mismo les llegó incompleto y mencionan no es suficiente para sustentar todos los gastos que han realizado para mantenerse en la academia. Aunque su labor será muy importante y va encaminada a dirigir la investigación de los delitos, en el instituto a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal no les interesa y se les imparte una formación prácticamente castrense, destinada a quienes integrarán corporaciones de seguridad. No sólo es que se les instruya en la obediencia que los agentes deben tener hacia su superioridad, o que tengan que cumplir requisitos de activación física, como salir a correr a las cuatro de la madrugada, sino que tampoco se les permite utilizar herramientas tecnológicas para acceder a bibliografía o documentación que enriquezca su instrucción como abogados penalistas. Esto, obviamente, genera un nivel académico cuestionable, un ambiente a veces insoportable, motivo por el cual de plano en ocasiones los abogados mejor deciden renunciar a su intención de trabajar en la Fiscalía a la que, por cierto, no le vendrían mal un mayor número de ministerios públicos desahogar los asuntos que caen todos los días o desatorar las carpetas que están rezagadas, en algún cajón oscuro.