Se inaugura en Shangay el primer centro de venta de heces en una tienda familiar de 50 años de trabajo
Ja ja ja, ¡fuiste engañado!
¡ERA UNA BROMA!
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La Familia Lin-Piō se ha hecho famosa este pasado viernes por empezar a vender en su humilde ultramarinos, hece embasadas al vacío para aquellas personas que deseen adquirir tal producto tan "peculiar". La idea surge en la amarilla mente de Kun Lin, patriarca de la familia, quien siente que mucha gente derrocha una reliquia única que fabrica nuestro cuerpo día a día. Lin asegura que muchas amistades del gremio de las tiendas de alimentación y restaurantes le han comentado la necesidad de obtener heces pues las necesitan para limpiar la materia prima que usan en sus deliciosos platos. Ante tal reclamación, Kun no lo ha dudado y puso anuncios en los semáforos de todos los barrios de la ciudad de Shangay para que la gente llevase sus deposiciones. Y lo mejor de todo es que tales codiciadas joyas marrones son pagadas por peso y textura, siendo de especial interés las heces de personas mayores pues dice nuestro protagonista que son heces que parecen maduradas como un buen vino francés en su cuba. Las heces son tratadas previamente a su empaquetado, con unas pinceladas de nitratos y agua de resina para mantener su apariencia brillante. Sin duda alguna, es un gran avance para la economía asiática y quien sabe si en Europa también.
