El líder de la oposición del debate almeriense la vuelve a liar

Juan Aguilera, secretario y candidato a la presidencia, ha vuelto a levantar polvareda en uno de los tantos polémicos actos que orbitan sobre su candidatura. El posible presidente ya acostumbra a replicar los actos más bulliciosos e inmorales de la política internacional, siendo visto en fiestas clandestinas al puro estilo de Boris Johnson y siempre con una copa en la mano como el fallecido Boris Yeltsin. Cuando era casi imposible asombrarnos, vuelve a escalar en la sorpresa. El Xokas, la principal empresa que financiaba su campaña electoral, lleva sepultada en un largo amasijo de escándalos desde el pasado martes. Al parecer, su presidente, que mantenía una estrecha relación con el susodicho, vinculaba fondos a cuentas offshore en paraísos fiscales. Pero no solo eso, la gran mayoría de su patrimonio se ha vertebrado gracias a negocios ilegales como trata de blancas o proxenetismo. El tribunal se encargará de decidir si Juan ya poseía esta información, en cuyo caso pasará a disposición de la justicia. Muchos de sus votantes están desamparados ante el aldabonazo, María Saadia nos cuenta que "Es muy sospechoso que pasarán tanto tiempo juntos, a mí Juan se me ha caído como presidente, este no es el presidente que buscaba", aunque no todo son detractores, todavía hay estudiantes con una férrea fidelidad, Desirée señala que "Dudo mucho que Juan fuese capaz de hacer esto, es demasiado buena persona". Ni la universidad, centro que debería ser soporte de la universalización del conocimiento y resorte de los derechos humanos, se mantiene estática ante la crueldad humana y el apetitoso poder que tanto nubla a quienes lo poseen.