Giro argumental en la muerte de un grupo de elefantes en Botsuana.

Como ya adelantó este diario a mediados de agosto, en Botsuana (África) centenares de elefantes aparecieron muertos de manera inexplicable. El elefante es, sin ningún género de dudas, uno de los grandes tesoros de Botsuana. No en vano, puede presumir de ser uno de los países del mundo con más paquidermos en su territorio, cuyo número se calcula que es algo más de un tercio del total que podemos encontrar en toda África. Después de un largo periodo de investigación, las autoridades, descartaron la caza furtiva como causa de los fallecimientos, sosteniendo que los elefantes perdieron la vida en el delta del Okavango por la ingestión de cianobacterias. La ONG L-phant-Smash no estaba de acuerdo con el resultado de las investigaciones y contrató a un equipo independiente de investigadores que determinaron otras causas. Se estaba produciendo una trama en la que estaban implicados miembros del parque nacional que permitían el paso a cazadores furtivos para traficar con los colmillos de los paquidermos. Durante un tiempo, gracias a la nanotecnología, los cazadores realizaron un estudio del habitat y clasificaban las diferentes familias de elefantes. Durante la migración de los mismos, buscando alimento, ocultaron una serie de trampas que herían a los animales y no les permitían su movilidad. Numerosos elefantes comenzaron a fallecer debido a que no podían desplazarse en busca de alimento. Nadie podía pensar que la causa era debida a cazadores furtivos, pues ante el gran número de muertes, decidieron no extraer los colmillos para no llamar la atención de las autoridades. El plan resultó perfecto cuando un miembro de la banda, con la colaboración de un miembro del parque nacional, decidieron contaminar el agua para posteriores estudios. Pasado un tiempo, se dictaminó muerte de los elefantes por causa natural y fue entonces cuando pudieron extraer los preciados colmillos, algo que puso en duda la investigación anterior. A día de hoy, se encuentran detenidas 15 personas, siendo 3 de ellas empleados del parque nacional, a espera de juicio. Informa: Mónica Mello del Rey