La verdad tras las cifras del gobierno

Llevan días quejándose los fachitas en sus redes sociales y sus diarios afines, con nombres de pocas letras, de que las cifras que publica el gobierno en referencia a la crisis del COVID-19 no tienen otro fin que engañar a la población. Entendemos que este engaño, en cualquier caso, es tomado como tal entre los elementos fachas de la población, a la que estos medios tratan de sublevar. Es por ello por lo que la explicación que ofrecemos a continuación, de forma totalmente desinteresada, va dirigida a estos pérfidos elementos de la sociedad. La pregunta principal que debiera hacerse todo derechopensante es, "¿pueden las cifras de casos infectados por coronavirus aumentar y disminuir indistintamente de unos días a otros?" La respuesta es muy simple: sí. El aumento paulatino de infecctados por COVID-19 en una pandemia se explica solo: la gente se junta y el virus de expande. Justo igual que el capitalismo. Ahora bien, ¿cómo disminuye la cifra de casos por coronavirus? También es sencillo. Pongamos que se hace un test a una persona y este da positivo: +1, que dirían los milenials. Pero, hete aquí el asunto, ¿y si se descubre que esa persona tiene una dolencia peor que la infección por COVID-19? Imaginemos que tiene un cáncer terminal, una enfermedad inmunodepresora, o es un liberal. ¿Sería ético achacar sus males al coronavirus? Evidentemente no. Pues -1 al recuento, que dirían los milenials. Damos por hecho que esta explicación es más que suficiente para una persona con dos dedos de frente, pero como somos cautos en este diario, no queremos subestimar la capacidad irreflexiva de los fachitas. Es por ello que también queremos dar una explicación al aumento y disminución azarioso del número de fallecidos por COVID-19. ¿Tiene este comportamiento de las cifras una explicación? De nuevo, la respuesta es sí. Supongamos un enfermo por coronavirus en un hospital público cualquiera, en los que hacen los recuentos según indicaciones del gobierno. De repente ese enfermo, en una fase avanzada y crítica de la infección, yace inmóvil e inerte en su cama dela UCI. Pues +1, que dirían los milenials. ¿Y si, tras una hora el paciente vuelve a despertar, sediento y hambriento, y diciendo "¡ay! que siesta más rica me he echao, Mari"? Evidentemente -1, que dirían los milenials. Como este puede haber mil ejemplos, pero estamos seguros de que alguna voz se alzará entre los derechitos para tratar de tildar de locura estos supuestos que desde aquí ofrecemos. Pero, ¡qué leches! ¿qué explicación hay que darles a ellos que creen en la resurrección? Santiago Batalla