Bañista desprevenida atrapa zorullo flotante

El pasado día x de julio se tuvo noticia en el puesto del socorrista número Y de la playa de Gandía de que una bañista con ciertas dotes musicales atrapó con sus propias manos un zorullo flotante mientras disfrutaba de una tranquila travesía marina. Al parecer, la muchacha se encontraba remando plácidamente con sus propias manos cuando sintió que aferraba fuertemente lo que parecía ser el puño de un vespino. Siendo consciente de que el mar no tiene asas, y percatándose del desagradable olor del rodal, se dispuso a avisar al socorrista, que se nego a prestar auxilio al no cubrir su sueldo el riesgo biológico. Los daños se vieron reducidos al tratarse la embarcación de una colchoneta de toda la vida, ya que si hubiese sido un cisne o un unicornio gay, el riesgo de roce con espalda o estomago se multiplica. La bañista afirma que, no estando satisfecha con el tacto suave del especimen, tuvo también que contemplarla, para constatar que no se trataba de un zorullo procedente de un animal marino, sino que el color indicaba que la procedencia podía ser humana. Normalmente estos zorullos suelen preferir mar abierto, pero se cree que las altas temperaturas los están desorientando y acercando a la costa, ya que cada vez son más numerosos los avistamientos registrados. Se tiene incluso noticias de bañistas trabajando arduamente para devolver al agua algunos zorullos que habían quedado varados en la playa. Las primeras investigaciones apuntan a que el zorullo puede proceder del archipiélago balear, pero no se descarta que pueda tratarse de una deposición alicantina o incluso murciana, mucho más peligrosa. Se está analizando el pellejo para confirmarlo. La alcaldesa de Gandía ha hecho un llamamiento a la tranquilidad, aunque recuerda que la pesca de zorullos sin licencia está prohibida. Entre tanto, la bañista afirma que seguirá disfrutando de sus relajantes baños, aunque a partir de ahora lo hará envuelta en plástico de cocina.