Se mató Aranguren: Decidió quemarse a lo bonzo junto a sus acciones en Shell

En un episodio que conmociona a oficialistas y opositores por igual, el ministro de Energía Juan José Aranguren decidió quitarse la vida al prenderse fuego junto con los títulos de sus acciones en la compañía petrolera Royal Dutch Shell. Según fuentes policiales, se habría rociado con combustible de YPF. El principal motivo de su suicidio habría sido un aparente arrepentimiento por el daño que sufriría el pueblo argentino tras los desmesurados e injustificables aumentos en las tarifas de la luz y el gas. Antes de suicidarse dejó un mensaje a sus familiares y amigos explicando los pormenores de su decisión: "Lamento mucho tener que hacer esto pero ya no puedo aguantar más. No seré el primero que suicida y quizá tampoco el último a causa de este despropósito. Como funcionario público debía servir al pueblo de mi nación y no a a mis propios intereses y lo que es aún peor, a los intereses de las corporaciones. Sucede que ellos se las rebuscan para sus intereses coincidan con los nuestros, los de los funcionarios públicos. De esa manera, al poseer doce millones de dólares de estas repugnantes e inmorales acciones de Shell, me convertiría en beneficiario directo de este aumento. Si haces lo que las corporaciones quieren tenes la vida asegurada, si te metes en política te financian las campañas, en el sector privado podes acceder a los mejores puestos, te pagan viajes a los mejores hoteles para dar conferencias que no le interesan a nadie, te dan premios y galardones sin haber hecho nada en beneficio de la gente y los principales medios de comunicación te tapan todas tus cagadas. Yo pero tras una profunda reflexión sobre todo lo que ha sufrido este país a causa de las corporaciones y los gobiernos que operan para ellas, sobre los niños, los ancianos y sobre la vida humana en general se ha desarrollado en mí un fuego que me quema por dentro. Ya no me da más la cara para seguir mintiendo. Por eso he decidido exteriorizar ese fuego que llevo dentro y quemarme junto a estas repugnantes acciones de esta infame compañía. La Shell y Chevron son empresas criminales que han saqueado durante décadas al continente africano y han patrocinado el genocidio perpetrado por el ejército de Nigeria contra los pueblos indígenas que se oponían a sus políticas extractivas en el Delta del río Níger. Estos hijos de puta son los mismos que quieren seguir saqueando al pueblo argentino gracias a nuestras políticas pensadas para el exclusivo beneficio de ellos, mientras seguimos contando el verso de que se necesita generar "confianza" en los mercados para atraer inversiones. Esta gente siempre ha hecho lo que se les ha dado la gana con los pueblos. A YPF la privatizamos sin pasivos en los 90s para que a lo largo de los 2000s sea vaciada por el Grupo Repsol (subsidiaria de la British Petroleum) y más tarde con la cooperación de los Eskenazi y luego le estatizamos el 51% asumiendo los correspondientes pasivos. Además de asumir las deudas y gastos que dejó Repsol debido a la desinversión y prácticas contra el medio ambiente en los 2000s tuvimos que emitir 6 mil millones de dólares de deuda con Repsol para compensarlos por la la estatización de su capital accionario (una cifra que excede por lejos el valor del mercado que tenía en aquél entonces). Y como si fuera poco, Alfonso Prat Gay, para seguir con el circo macabro le pidió públicamente perdón a Repsol por lo que tuvo que "sufrir" con el gobierno anterior. No podemos ser tan hijos de puta. Alguien tiene que decir "basta". Si el pueblo supiera lo que decimos en privado cuando nos reunimos con los empresarios, ya sea en reuniones informales o en el Foro de Davos o el Consejo de las Américas, sería el mismo pueblo el que por unanimidad terminaría votando por quemarnos vivos. Lo que hablamos en privado con estos señores nada tiene que ver con el cuento que le decimos a la gente en público. El desprecio por las masas populares que se manifiesta en esas reuniones no tiene posibilidad alguna de medición. Allí hablar del pueblo es casi lo mismo que hablar de ratas de laboratorio. Allí se considera a la gente común como seres inferiores, pertenecientes a otra raza o especie. Sé que lo que estoy a punto de hacer no va a redimir mis pecados y lo más probable es que no vaya a cambiar nada o que todo siga cambiando en la dirección que más le gusta a esta gente, es decir, que todo cambie a peor. Pero yo no quiero seguir siendo partícipe de todo esto. Yo no soy nadie, no soy más que otros por tener algunos millones de dólares, esta gente tiene miles de millones y tampoco son más dignos que el resto de la gente sino todo lo contrario. Me despido de todos ustedes con la única esperanza de que esto los haga reflexionar y no sean unos garcas hijos de puta como lo he sido yo." El presidente Mauricio Macri lamentó lo sucedido, aunque no vaciló en tomar distancia con respecto a las duras declaraciones del fallecido ministro: "Si Aranguren ha decidido quitarse la vida, es una decisión suya y la respeto. Pero disiento totalmente de sus injustas críticas hacia el sector privado, que al igual que nosotros, trabaja día a día para mejorar la calidad de vida de la gente. Si existe algún problema entre los empresarios y el resto de la sociedad se puede resolver con diálogo." También informó que el gobierno dará marcha atrás con los aumentos del último decreto y propondrá un cuadro tarifario más moderado, esta vez, con topes del 385% para residenciales y 480% para comercios asegurando que no habrá nuevos aumentos hasta el sorteo del próximo Gordo de Navidad. Dentro del PRO también se está evaluando la posibilidad de incluir una nueva tarifa social para personas con ingresos menores a los 1000$ anuales que trabajan más de 16 horas por día. Esta tarifa contemplaría un incremento del 299,9% y un beneficio del 5% de descuento para compras superiores a los 15000$ en Walmart.